miércoles, 15 de diciembre de 2010

Filosofía Helenística

Finales del siglo IV a. C. al siglo III d. C. básicamente. Preocupación por los temas morales, búsqueda de la manera de ser feliz. (Por formar un ciclo espiritual con la filosofía helenística propiamente dicha, se incluyen también en el cuadro siguiente los pensadores romanos y el fin de la filosofía griega).

Nuevas escuelas

1. Estoicismo: la virtud como bien supremo; la ataraxia

a) Antiguo:
(1) Zenón de Citio (341-261 a. C.)
(2) Crisipo (281-208 a. C.)

b) Medio:
(1) Panecio (185-110 a. C.)
(2) Posidonio (135-50 a. C.)

2. Epicureísmo: hedonismo

a) Epicuro de Samos (341-270 a. C.)

3. Escepticismo

a) Primer período (finales del s. IV a.C.- III a. C.)
(1) Pirrón de Elis (365-275 a. C.)
(2) Timón de Fliunte (325-235 a. C.)

b) Segundo período: s. III-II a. C. continuadores de la Academia platónica (la Academia Media y Nueva)
(1) Arcesilao (315-241 a. C.)
(2) Carnéades (214-129 a. C.)

c) Tercer Período: Neoescepticismo (s. I a. C.- II d. C.)
(1) Enesidemo (s. I a. C.)
(2) Agripa (s. I a. C.)
(3) Sexto Empírico (180-220 d. C.)




ESCUELAS ESTOICAS

La escuela estoica, fundada por Zenón de Citium, y que tomó el nombre del pórtico en que éste enseñaba, se ha hecho célebre por la severidad de su moral. Adoptó el rigor de los cínicos, más no su impudencia. Zenón fue discípulo del cínico Crates; pero se instruyó posteriormente en la escuela de Megara bajo la enseñanza de Stilpon, y en la platónica, oyendo primero a Xenócrates y después a Polemón.
Para esta escuela la finalidad de la vida es la buena vida; solo en autentica armonía con la naturaleza el sabio podrá ser feliz lo que significa que haya que huir de la vida social y política tal como reivindicaban los cínicos. Los principales representantes fueron Seneca, Epicteto y Marco Aurelio. Frente a los sucesos naturales, no hay alternativa y resulta vano rebelarse. No se puede ir en contra del curso de la naturaleza, por lo que a través de nuestra razón hay que asumir lo que nos ocurre sin dejarse arrastrar por las pasiones. De este modo se alcanza la tranquilidad del alma. Los estoicos defendían también una concepción cosmopolita.
¿Cuáles eran las doctrinas en que pretendían apoyar tanta virtud? Es sensible que tan bellos sentimientos no tuviesen por cimiento una sólida teoría. ¿Cuál era el Dios de los estoicos? El fuego: uno de los cuatro elementos. ¿Qué era el alma? Una centella de fuego. ¿A qué condiciones está sujeto el ejercicio de su acción? La necesidad. El hado, fatua: el alma, según los estoicos, no es libre.
¿Cuál el porvenir que nos espera, en recompensa o castigo? El alma, o muere con el cuerpo, o vive sólo por largo tiempo.
Por manera que con un dios corpóreo, un alma material, sin libertad ni vida futura, querían cimentar una moral tan severa; no es más difícil el levantar una pirámide como las de Egipto sobre un montón de arena.
Su ideología estaba conforme con sus principios materialistas: no habiendo más que cuerpos, no hay más inteligencia que la sensación; toda la actividad del alma se dirige a ésta, y de aquí no puede pasar, porque fuera de esto no hay nada.





EPICUREISMO

El epicureísmo es un sistema filosófico enseñado por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a. C. y seguido después por otros filósofos, llamados epicúreos. En el año 306 a. C. Epicuro adquirió la finca llamada "El Jardín" en las afueras de Atenas y fundó su escuela de filosofía. Formada tanto por varones como por mujeres (gran novedad en las escuelas griegas), en ella vivió aislado de la vida política y de la sociedad, practicando la amistad y la vida estética y de conocimiento.
Los epicúreos intentaron dar solución al problema de la felicidad identificándola con el placer. Para Epicuro la felicidad consiste en evitar el dolor físico y anímico. Con este objetivo se debe buscar el placer. Epicuro considera que el hombre debe eliminar las principales causas que provocan angustia y desasosiego. Miedo a los dioses->los dioses existen pero viven felices en su mundo perfecto. No intervienen ni para bien ni para mal en la vida de los humanos. Miedo a la muerte suele ser una fuente de preocupaciones. Miedo al dolor y al fracaso; la persona realmente sabia es autónoma y no hace depender su propia felicidad de la opinión de los demás, sino de factores que se encuentren bajo su control.
El camino hacia la felicidad abierto por Epicuro no es un camino individual, pues da importancia a la vida en compañía con los amigos, en comunidad. Aunque uno puede vivir sin necesitar de nadie, el sabio tendrá amigos. El filósofo de Samos se caracterizó también por ser una persona que cultivaba las amistades y que dejó una perenne huella en la memoria de sus seguidores después de su muerte. Epicuro no recomienda al sabio vivir aislado como un anacoreta. Conociendo bien la fragilidad humana, no cree que esta paz se pueda alcanzar en soledad. Exhorta en la Epístola a Meneceo a meditar con la compañía de algún amigo (Ep. Men. 135). Para él, la amistad no es solo un medio para conseguir la felicidad, sino la felicidad misma, pues sin amigos no existe vida feliz.
La filosofía Epicúrea está centrada básicamente en la realidad sensible y corporal, es una filosofía materialista que no desatiende el aspecto del cuidado del alma, nos dice que la preocupación fundamental, para los jóvenes como para los viejos , es el cuidado de nosotros mismos (Ep. Men. 132), es decir, una vuelta hacia el mundo interior. En su teoría del placer reivindica el placer sensible, pero, por otro lado, nos dice que el placer superior es la ausencia del dolor. La felicidad, meta de su filosofía, se identifica con el placer en no sentir dolor en el cuerpo ni el espíritu.





ESCEPTICISMO

Pirrón, hijo de Plistareo, nació en FIis entre el 365 y el 360 a.C. en la misma ciudad que unos años antes había visto florecer la escuela de Fedón. Cuando casi llegaba a los cuarenta años fundó la primera escuela de escepticismo en Elis, su ciudad natal.

Los pilares de su pensamiento eran: la suspensión del juicio (la epoché), o sea el estado mental gracias al cual es imposible rechazar o aceptar las ideas de los otros, la facultad de no expresarse (la afasia) y la imperturbabilidad (la ataraxia), o sea la ausencia de angustia. Su pensamiento en dos palabras es el siguiente: no existen valores o verdades que autoricen a poner la mano en el fuego por ellos: nada, por naturaleza, puede ser considerado bonito o feo, bueno o malo, justo o injusto, verdadero o falso, y no existe diferencia alguna entre disfrutar de óptima salud y estar gravemente enfermos. Pensaban que, en las cosas contrarias por persuasiones de la razón, tales persuasiones son iguales. Afirmaban que la concordancia de las cosas es algo ambiguo y fundamentaban su tesis en la existencia de diez modos de concebir lo igual como diferente.
Es natural que los escépticos nos recuerden a los sofistas, aunque sólo sea porque ambos grupos ponían en duda la existencia de la Verdad. Sin embargo, examinando con atención el pensamiento de las dos escuelas, advertimos de inmediato su diversidad.




MªJosé Castro Sanchez. 2º A

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